Es justo que cambie ya este modelo, y que deje de tener tantas ambiguedades, este es un pais que tiene varios modelos arcaicos implementados de manera perenne; muy arraigados en varias clases sociales de las que convergen en el delta de probreza extrema en el que se desenvuelven a diario miles de dominicanos .
Es increible como a estas alturas , todavia anden carretas tiradas por caballos, sin mencionar el extremo maltrato que reciben estos animales, un motorista cargando un cilindro de gas, una guagua platanera con una mala instalacion de un cilindro de gas, un triciclero cargando un colchon en extremo grado de pestilencia y putrefaccion, un reguero de cables de tendido electricos tirados en cualquier esquina y no llegan los tecnicos de las famosas edes a rectificar esa situacion; amen de que exigen buenos salarios,
Otra , el transporte de gente en camionetas, sin ningun tipo de nivel de seguridad; de veras aqui son muchas las cosas que hay que reglamentar y hacer desaparecer antes de fijarnos y ni siquiera pensar en un cambio de modelo economico. Pero ya veremos , que se sacamos a esto, creo que es un gran cambio de mentalidad el que hay que asumir, un mayor nivel de sacrificio de cada uno de los ciudadanos , de sus instituciones publicas y privadas y de quienes las representan , y que la aplicacion de la ley tenga una vara justa, que este sistema judicial sea reformado, por un sistema de jurados, que no sean solo los jueces los que tengan la voz cantante; se ha demostrado con creces que ese sistema es clientelar, se deja permear por el poder politico y extorcionar por los traficantes.
Definitivamente a paises como los nuestro , los han acostumbrado a ser pobres, no solo de forma pecuniario o economica, sino social , de mente, de espiritu, se lo han tratado de arracar poco a poco, en cada cuatrenio, se les dice que el que esta no sirve y el que viene sera mejor, y nada, o casi nada, pero los avances de un pueblo en su conjunto son como meter arena en un inmenso costal, pero grano a grano, de ahi que se acostumbre a ser pobre, a que se forje, de forma sistematica, una cultura de la pobreza, pues la costumbre hace ley.
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